07 noviembre 2011

¿Cuál es la historia del Coaching?


El Coaching, una “nueva” tendencia en el mercado de los Recursos Humanos que abarca muchas incógnitas, entre ellas, sus orígenes.

Inmediatamente, afirmamos que no es una técnica nueva.

El coaching no es producto de una teoría personal con copyright (por más que intentemos buscar genios creadores de la criatura). Tampoco fue el resultado de un grupo de personas que tuvieran la intención de crear una metodología catalizadora del potencial del ser humano. Y tampoco, contrariamente a como muchos aún han sugerido, nos ha llegado del país de los “gurús” del management. Debemos entender al coaching como el producto de una conjunción de conocimientos adquiridos a lo largo de la historia del pensamiento, en relación estrecha con el desarrollo del potencial de los seres humanos.

La palabra “coach”, derivado de “coche”, cumplía la función de transportar personas de un lugar a otro. El coaching, de alguna manera, también transporta a las personas de un lugar a otro. Es decir, del lugar donde están, adonde quieren llegar. La única distinción, dentro de esta analogía, es que el coach no es quien carga con el viaje, ni es responsable del rumbo y decisiones que el “conductor” (cliente/coachee) tome a lo largo del proceso.

La referencia más importante de los orígenes del coaching se remonta al pensamiento de Sócrates en el Siglo V A.C. Sócrates, decía que no existe el enseñar sino sólo el aprender y éste surge sólo reconociendo que el conocimiento no está en el coach sino en los propios coachees.

Otra influencia propia de la filosofía Socrática, es que se ayuda al cliente a que sea consciente de sus incompetencias, para luego estar en mejor posición frente a la consecución de sus objetivos. Saber que no sabemos nada, es siempre un punto de partida imprescindible de la buena práctica del coaching.


En el pensamiento de Platón, reconocemos la estructura de sus diálogos como sesiones de coaching primitivo. De las conclusiones más evidentes del análisis de sus diálogos, es la importancia de la pregunta como herramienta de  trabajo que potencia las conversaciones (diálogos), y que sirven de método para la adquisición del conocimiento en el cliente. Las preguntas poderosas y la escucha activa, son las dos herramientas o habilidades más importantes que un coach debe aprender para transformarse en un verdadero catalizador del otro.

Platón, manifestaba que la educación es la formadora del carácter.  El conocimiento de uno mismo es el marco a través del cual los coachees pueden acceder a un desempeño extraordinario, producto de un proceso de aprendizaje fuera del alcance técnico y  formal. El autoconocimiento se transforma, de esta manera, en la fuente real de todo proceso de coaching.

Siguiendo en la misma línea, Aristóteles nos ha mostrado que la búsqueda de la felicidad (argumento teleológico) es uno de los motivadores más importantes en el hombre, incluso en el siglo XXI. Finalmente, Aristóteles, nos explicó que la metodología básica para llegar a ser lo que debes ser, es la acción.

En fin, existen diversas filosofías e influencias que han alimentado lo que hoy en día conocemos con Coaching, por nombrar algunas, además de los grandes filósofos que hemos citado, podemos mencionar la filosofía existencialista; el método fenomenológico, desconocida por muchos y que nos ha enseñado (incluso mucho antes que el desarrollo de la Programación Neurolingüística), que es imprescindible abstenernos de todo prejuicio para con nuestros clientes, de manera que permitamos que ellos mismos encuentren sus conciencias más puras; la psicología humanista, que fusiona la filosofía existencialista y el método fenomenológico y que curiosamente, a mediados de los años ochenta, cuando la Psicología Humanista entra en devaluación, comienza a gestarse el coaching tal como lo conocemos hoy día.

El coaching habla el mismo lenguaje de la Psicología Humanista con conceptos como: conciencia, libertad, voluntad,  autorrealización, y liberación del potencial.

Lo que conocemos como el entrenamiento deportivo es también una influencia sumamente importante en lo que conocemos hoy como coaching.  La referencia más cercana de las influencias del deporte en el coaching la encontramos en Timothy Gallwey , quien desarrolló una metodología de entrenamiento denominada The Inner Game (El Juego Interior).

La metodología de The Inner Game es diametralmente opuesta a las técnicas tradicionales de entrenamiento. Las propias palabras de Timothy Gallwey respecto de su metodología son: “Siempre hay un juego interior en tu mente, no importa qué este sucediendo en el juego exterior. Cuán consciente seas de este juego podrá marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el juego exterior”  Los mismos entrenadores de su época se vieron amenazados por sus prácticas, dado que Timothy se transformó en entrenador de la mente y sus técnicas eran diametralmente opuestas al entrenamiento del cuerpo.

Este “juego” es tan importante como el exterior, aún en el trabajo. También entendemos, tal como lo hace Timothy, que el enemigo, en muchos sentidos, somos nosotros mismos.

1980 resulta una fecha clave dentro del desarrollo de la profesión del coaching. Muchos son los autores que han determinado que el origen del coaching comienza por esta época. Lo cierto es que en los años 80’s, el coaching comienza a difundirse tal como lo conocemos hoy día.

Por esas mismas fechas la Psicología Humanista sufre un decaimiento importante producido por la dura crítica de la Psicología Académica. Sólo unos pequeños grupos continuaron desarrollándola y practicándola. De alguna manera, el coaching, es una extensión o continuación de la ideología fundamental que la Psicología Humanista ha intentado profesar. Aún así, esta profesión, ha desarrollado métodos y prácticas propias, elaboradas gracias a todas las influencias que hemos comentado.

Por esta razón podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el coaching lleva más de 25 años de presencia y práctica en todo el mundo. A partir de los años 80’s entonces, el coaching comienza a consolidarse como una metodología con identidad propia. Bajo esta identidad, se han desarrollado tres grandes áreas de trabajo, que hoy conocemos como: coaching personal (Life Coaching), coaching ejecutivo (Executive Coaching) y coaching organizacional (Corporate Coaching).

La difusión del coaching, como disciplina, se expande de formas diferentes según los diferentes contextos culturales, produciendo un desarrollo exponencial que ha hecho que el coaching se haya transformado, en muy poco tiempo, en una de las profesiones más desarrolladas del siglo XXI.


Fuente:
Leonardo E. Ravier, Ph.D.
Investigador y escritor sobre los principios, teorías y
prácticas del coaching.
Publicado en Coaching Magazine Nro 1
España

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